CAMPEONATO PARAGUAYO: APERTURA 2011
Nacional tiene la Libertad para campeonarLa fiesta que se había preparado con un estadio Arsenio Erico colmado por más de dos mil hinchas de Nacional, tuvo momentos de alegría antes de arrancar el juego y sobre los minutos finales tras el empate de Libertad ante Olimpia.
Marcación hombre a hombre fue lo que plasmo el "3" ante Nacional y aquí se nota en la foto, en donde Arturo Aquino intenta en ofensiva ante la marca de un zaguero del cuadro paranaense. |
Gran trabajo del "3" paranaense en la cancha del Arcenio Erico, los estímulos para incentivar ese gran ambiente que llevo la hinchada tricolor al estadio, no se produjeron, porque Nacional se hizo presa fácil para la estructura defensiva que armó el “3”, incluyendo una línea de cinco defensores y marcas personales de Ever González sobre el “Metalero” y Juan Gamarra encima de Víctor Aquino, efectivas ambas.
El panorama no era alentador, porque Riveros y Torales, que suelen aportar claridad además de solidez, esta vez tuvieron igualmente nubladas las ideas. Estas, sin embargo, sí estaban presentes en los movimiento del rival, principalmente a través de Cáceres Cañete, eje de todo lo que hizo el “3” al margen de defenderse.
“Caña” estuvo presente en el gol que dejó sin palabras el estadio a los 29’ del segundo tiempo. Una pelota que trataba de poner al medio, pegó en Arturo Aquino, cambió de rumbo y engañó a Don.
La tensión aumentó y nadie ni reparó en que al mismo tiempo Libertad descontaba en Sajonia y se ponía a tiro de empate contra Olimpia. Nacional recurrió a Lusardi, su talismán para el rescate de partidos improductivos, y este, con su zurda aterciopelada, colocó la pelota en el arco paranaense al ejecutar un tiro libre que debió haber sido penal, pues la mano de Ever González delante de Víctor Aquino se produjo dentro del área.
Libertad empató y el Arsenio Erico comenzó a rugir, esperando que llegase el gol del campeonato, pero ya no hubo tiempo. Con dos puntos a su favor, Nacional llega a la jornada final soñando con que esta vez sí puedan enronquecer sus gargantas. La figura: Ignacio Don.
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